Porque nos sonrojamos


El sonrojarse es una reacción universal humana en respuesta a la atención social. Todas las personas llegan a ruborizarse, aunque algunas más que otras. En general, las mujeres son más propensas a sonrojarse que los hombres. Si bien el proceso fisiológico involucrado es bien comprendido, la función que cumple esta reacción permanece un misterio.

Al sentir vergüenza, se activa el sistema nervioso simpático, el mismo que rige la respuesta de lucha o huida. El cuerpo libera adrenalina, la cual acelera la respiración y el ritmo cardiaco para facilitar la huida del peligro. También provoca la dilatación de los vasos sanguíneos con el fin de mejorar el flujo de la sangre y el suministro de oxígeno. Cuando los capilares sanguíneos del rostro se expanden, producen un notable cambio de color en la piel, sobre todo en la tez blanca.

Se trata de una respuesta completamente involuntaria, por lo que resulta imposible evitarla. ¿Por qué hemos desarrollado esta reacción al sentirnos avergonzados? La ciencia aún no ha sido capaz de ofrecer una respuesta definitiva, sin embargo, existen varias teorías que intentan explicar por qué nos ruborizamos.

El profesor de psicología Ray Crozier, de la Universidad de East Anglia en Reino Unido, concluye que el sonrojarse es una respuesta evolutiva que refuerza los códigos sociales empleados en las sociedades para permitir la convivencia humana. De acuerdo con Crozier, cuando nos sonrojamos mostramos a los otros que reconocemos nuestro error social. De esta manera, funciona como una disculpa física de nuestra equivocación.

Si bien ruborizarse no suele ser una experiencia placentera, presenta ciertos beneficios. De acuerdo con investigadores de la Universidad de Ámsterdam, lejos de ser juzgados negativamente por los demás el sonrojarnos, nos puede ayudar a ser perdonados con mayor facilidad.

Comparte

TAMBIEN PUEDE INTERESARTE