La respuesta nos la da Mental Floss en su sección Big Questions: de entrada, no eran cascos, sino un “gorro” de piel que ayudaba a evitar el frío y proteger los oídos cuando pilotaban con la cabina abierta, cosa que se hacía en ocasiones al aterrizar y al despegar para tener una mejor visión. Además, muchas misiones se cancelaban. Es decir, estos gorros servían para ayudar al piloto a cumplir con su objetivo. Por otro lado, un casco tampoco ayudaría a un aviador no suicida que sufra un accidente: están pensados para amortiguar golpes en la cabeza debidos a maniobras bruscas.
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http://verne.elpais.com/verne/2015/01/08/articulo/1420715269_823448.html