Un estudio de la Universidad de Favaloro y del Instituto de Neurología Cognitiva de Buenos Aires mostró que los camareros entrenan su memoria a corto plazo y asocian los pedidos con la localización del comensal en la mesa. También usan acrónimos y palabras clave que les ayudan a memorizar los platos. No se trata de estrategias conscientes, sino de una habilidad desarrollada con tiempo y práctica. La posición del cliente en la mesa es fundamental: la pericia de los camareros caía en picado cuando los participantes en el estudio se cambiaban de silla después de pedir.
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http://verne.elpais.com/verne/2015/01/08/articulo/1420715269_823448.html