“Si huelen a colonia los sigo por la calle, voy detrás de ellos como la tortuga con la zanahoria”, confiesa Lorena. Para ella, y el resto de las encuestadas vía Facebook, el olor que tiene un hombre es capital para seducirla. Claro, el aroma que prefieren difiere entre dama y dama. ¿Qué olor es el que enloquece a tu chica?
Por un lado están las que desean que su hombre huela lo más natural posible. “Es fundamental cuando nos fijamos y encaprichamos con uno. Cada persona tiene su olor, no es posible generalizar y tal vez lo que para unas huele deli, para otras es feo. En lo personal me gusta mucho el olor natural del cuerpo de algunos hombres”, cuenta Rosa.
“Me gusta que el hombre huela a hombre”, agrega María. “Odio cuando huelen a mucho perfume, parece ambientador de baño. El sudor, en los límites de la sutileza, es infalible. Es un olor como saladito”. “Aun sudados, hay hombres que huelen deli. Así como te gusta un tipo de hombre, inconscientemente te atrae cierto olor, y ése es básicamente el olor del cuerpo”, teoriza Marisol.
Un segundo grupo se complace con el olor a limpio. “Si el cuate me gusta, basta con que huela a ropa limpia y me encanta. Yo me dejo llevar mucho por los olores. Si me doy cuenta de que el amor de mi vida —Leonardo Di Caprio— huele mal, no lo paso ni con vaselina”, enfatiza Lorena.
“Debería oler a una mezcla de perfume con ropa limpia. Seguido, pero de lejos, por el olor de desodorante”, cree Ana.
“Ropa limpia. Me gusta sentir que el aroma de su desodorante sea fuerte”, concuerda Isela. “El olor a buen champú y a pasta dental no tiene precio”.
En tercer lugar están las que caen bajo el influjo de un buen perfume. “El olor es imprescindible para mí. Un hombre tiene que oler bien. Me encantan los que usan colonia: Polo Black, Polo Blue, RSVP de Keneth Kole, CK... Para mí son 30 a 35 puntos más sobre 100”, confiesa Lorena.
“Mi hombre perfecto debe oler a Hugo Boss”, exige Lucía. “Debe llevar una fragancia sutil que a la vez sea fuerte y envolvente. La idea es que su olor quede impregnado en mí”.
AROMAS SOFISTICADOS
Fátima es de las que aprecia un buen perfume y exige que su elección no sea tomada a la ligera. “Detesto que él huela a esos perfumes que usa todo el mundo, sin personalidad. Odio que escoja algo porque no llame la atención, que sea algo equis para no cometer un error... eso es cobardía”.
“Lección número uno: el de- sodorante no es colonia”, explica Martha. “Hay hombres que creen que al ponerse antitranspirante se están perfumando. Y lección número dos: si estás sucio, no hay perfume que te salve”.
“El olor es importante, pero porque es parte de la química”, agrega Johana. “Para ti un hombre huele bien o huele mal, use lo que use... si no hay química, ¡no olerá bien nunca! pero si la hay, hasta la transpiración puede ser atractiva. Claro, hay algunos perfumes increíbles que pueden hacer maravillas y dejan una estela olorosa a su paso que pueden llamar la atención de una chica”.
Finalmente, no faltan los gustos especiales. “El perfume me da dolor de cabeza y odio el sudor y el cigarrillo. A mí me encanta ese olorcito que le deja el singani después de tomar unas copitas”, confiesa Raquel.
Fragancias favoritas
Aparte del jaboncillo, el champú, el limón y detergente, las mujeres más sofisticadas pueden reconocer fácilmente una fragancia masculina. “Dolce & Gabbana o Bvlgary; un hombre debería oler a maderas orientales, especias refrescantes, tal vez un poco de cedro, sándalo, jengibre, ámbar, pero sí o sí madera”, explica Fátima. “Y si usa Pino u Old Spice, qué mal gusto”.
Olores imperdonables
Tres olores no perdona la mujer: el mal aliento, sobre todo si proviene de comer ajo y cebolla; el aroma que desprenden los pies tras un partido de fútbol y el de mucho sudor, el que “casi se ve, pues el pelo alrededor de la cara está duro, ¡qué asco!”, según Alina. Otras odian que tengas mucho desodorante. “Parece repelente, diga lo que diga la tele”, reclama Lía.