Entre muchas conexiones en el cuerpo, los chinos descubrieron una bastante interesante: es posible aliviar el dolor de garganta sin el uso de tabletas, ¡rascándose la oreja! ¿Cómo es posible? La explicación reside en el sistema nervioso y en ciertos nervios que se esconden en el oído. Estimular estos nervios en particular provocan un reflejo involuntario en la garganta, un espasmo muscular que es capaz de aliviar ese molesto cosquilleo, que incluso puede llegar a ser doloroso.
¿Te ha pasado alguna vez sufrir esa sensación de “mariposas en el estómago”, o que el estómago se hacía un nudo por el estrés? Seguramente es algo muy molesto y resulta que en la sabiduría de las generaciones antiguas se esconde una solución interesante.
Si estás ante un evento importante, una reunión o una cita con una persona recién conocida y sientes que el estómago se encoge, tienes que saber que es una reacción natural del organismo cuando siente estrés. Sin embargo, es posible tranquilizar el cuerpo soplando el dedo pulgar. Esto, en primer lugar, regula la respiración y controla el nervio vago, que frena el ritmo cardíaco. Para el cerebro esto es una información que no está en peligro y calma las reacciones del organismo.
De una manera parecida, es posible aliviar la presión de los senos causada por flema si se presiona la lengua contra el techo de la boca, o también presionando un dedo contra cada ceja. Puedes fijarte además que este segundo movimiento mucha veces es intuitivo y eso también es por algo.
Hay ciertas conexiones nerviosas en la palma de la mano que el cerebro asocia al dolor proveniente de la cara. Se encuentra entre el dedo índice y el pulgar. Si se aplica un cubito de hielo en esta zona, por ejemplo si se tiene dientes sensibles, se puede bloquear el mensaje de dolor proveniente de los dientes y se puede empezar a notar una sensación de alivio.
Al pulsar las yemas de los dedos directamente sobre una zona quemada, es posible minimizar la creación de ampollas y cicatrices. ¿Cómo funciona? Gracias a esto, la piel quemada vuelve a la temperatura corporal normal de una manera menos impactante para el organismo y la herida se cura mejor.
Fuente: Giphy / Starstock
