Internet, en muchos sentidos, ha venido a hacernos la vida más fácil y la comunicación más rápida. Lo mismo se puede decir del teléfono celular. Pero muchas parejas están viviendo las desventajas de la tecnología. En el pasado era un poco más complicado ser infiel, pues tenías que estar ausente por mucho tiempo de casa y eso despertaba sospechas. Hoy en día muchas parejas son infieles sin ausentarse de casa, simplemente coqueteando por medio de mensajes de texto.
Por causa de la tecnología, una pareja puede estar con su pareja en casa y al mismo tiempo ser infiel. Estas relaciones cibernéticas usualmente comienzan como una simple amistad que con el tiempo va subiendo de tono hasta finalmente terminar enviando mensajes explícitos. Aunque en un principio no hay un contacto físico, ya que solamente se están mandando mensajes, a la larga suele llegar a terminar en mucho dolor para toda la familia y hogares destrozados.
Estudios indican que el uso de Internet y los celulares tientan a muchas personas a engañar a sus parejas. Sí, no tiene nada de malo tener amigos del sexo opuesto, pero ¿qué tan correcto es tener a tu exnovio como amigo en las redes sociales? No es noticia indicar que las redes sociales facilitan la infidelidad por varias razones. Una de ellas es que es frecuente encontrar antiguas parejas sentimentales, ello deriva a querer revivir el pasado, y eso puede llevar a un episodio de infidelidad.
Otra razón es porque se está en contacto con muchas personas del sexo opuesto. Todos conocemos a alguien que inició una relación de la manera más inocente, de allí pasaron a las confidencias, a ser el uno el paño de lágrimas del otro, a la infidelidad emocional y, con el paso del tiempo, a mucho dolor, remordimiento, sufrimiento de inocentes, y relaciones destrozadas que no pueden ser sanadas.
¿Cómo evitar todo este dolor? Permíteme compartirte algunos consejos:
- Detén la tentación cuando todavía es pequeña. Cuando sientas que tu conversación se está subiendo de tono, para de chatear y desconéctate de Internet.
- Define límites. Es imprescindible que al iniciar o reiniciar toda relación con alguna persona que conociste hace mucho tiempo, le digas a esa persona que estás casada o que tienes una relación seria y que solamente le ofreces tu amistad.
- Indica claramente tu status. Poner en tu información que estás casada o que estás en una relación deja un mensaje claro de que ya estás con alguien y no buscas pareja. Muchas mujeres se quejan que sus parejas ponen que están solteros o no ponen nada, lo que puede dar a entender que están disponibles.
- Cuida tus síntomas. En el pasado, las señales de alarma de que tu pareja te engañaba era lápiz labial en la camisa, oler a perfume de mujer y llegar tarde sin motivo. En estos tiempos tecnológicos, las señales han cambiado. Haz un análisis de ti y de tu pareja: Si están pasando demasiado tiempo en Internet o en el celular con alguien más, hay que poner atención.
- Comunícate claramente. Si crees que te daría vergüenza que tu pareja o tus hijos leyeran lo que pones en Internet, es una señal muy clara de que las cosas se salieron de cauce. Internet es un peligro claro y tangible si no se sabe usar. No caigas en la tentación. Si estás pasando por alguna de las etapas que mencioné arriba, habla con tu pareja. Busca su apoyo para salir de una mala relación. La comunicación abierta y franca es fundamental en ese sentido.
- Evita la tentación. Por supuesto, no hay nada malo en tener una cuenta de Facebook, ni tampoco en tener amigos del sexo opuesto, o tal vez incluso a tus ex parejas entre tu lista de amigos, siempre y cuando no te des el lujo de ser infiel en ningún grado y no coquetees con la tentación. Así que en realidad, si de alguna manera vas a anhelar o extrañar esa relación del pasado, ¿tiene algún sentido mantenerse en contacto con esa persona?
Hace muchos años ese gran hombre, David O. McKay, dijo: “Siembra un pensamiento, y cosecharás un hecho. Siembra un hecho, y cosecharás un hábito. Siembra un hábito, y cosecharás un carácter. Siembra un carácter, y cosecharás un destino eterno”. Mi simple consejo es que no te des el lujo de coquetear con las tentaciones: siempre será mucho más el dolor, que el placer que esa experiencia te pueda dejar.
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