Como hacer inteligente a tu bebé

Desarrollo cognitivo del bebé

Un bebé aprende al observar, por ejemplo: si llora, mamá parece. También al experimentar: tira los objetos que le das una y otra vez para comprobar si vuelven a aparecer. Y, por supuesto, al perseverar: si quiere un objeto lo intentará hasta conseguirlo. Pero todo esto no lo hace de golpe, sino por etapas, la cuales va superando a su ritmo.



El primer mes



Al nacer, el sistema nervioso del bebé todavía no se ha completado del todo, por eso todas sus respuestas son reflejas, es decir, involuntarias y automáticas. El reflejo de búsqueda, el de succión, el de presión o el movimiento ocular no tienen ninguna intencionalidad. Es decir, el pequeñín puede tomar con fuerza el dedo de papá, o sonreír si se le acaricia, pero no es consciente de ello porque en esta etapa todavía no ha desarrollado la capacidad de razonar, y por tanto no sabe lo que son el juego o la imitación.



Hasta los cuatro meses



Los esquemas sensoriales simples más primitivos comienzan a evolucionar y a coordinarse de manera progresiva. Los niños ya son capaces de sonreír en respuesta a otra sonrisa o reconocen el rostro y la voz de sus padres al verlos y escucharlos.
A esta edad, el niño descubre sus manos y toma conciencia de su cuerpo. Aparecen las primeras conductas preimitativas y un tímido comienzo del juego basado en la repetición. Todavía no hay una búsqueda del objeto desaparecido: si se le cae, simplemente deja de existir.



De 4 a 8 meses



Durante esta etapa del bebé repite una acción una y otra vez para volver a experimentar el resultado, pero aún no diferencia claramente entre acción y efectos. Por eso, sus repeticiones carecen de intencionalidad alguna, aunque cada vez demuestra mayor interés por lo que ocurre cuando manipula cosas. Ahora se puede decir que es un "explorador de objetos", los toca, manipula y observa. Y cuando estos desaparecen, los busca con la mirada pero ya no con la mano. En esta etapa comienza la imitación propiamente dicha.



De 8 a 12 meses



Prosigue con su desarrollo al evolucionar, completar e integrar esquemas cada vez más complejos. Sus conductas ahora tienen una intención. Por ejemplo, antes el bebé lloraba cuando su mamá se iba; ahora anticipa la acción de su madre al ver que se prepara para irse (vistiéndose, colocándolo en la cuna, despidiéndose), y llora para que no se vaya. Si antes el llanto era un efecto, ahora tiene una intención. En esta etapa el bebé ya aprende por imitación, y el juego se convierte en una actividad totalmente lúdica con la que se divierte.

Comparte

TAMBIEN PUEDE INTERESARTE