Recordemos que el anillo externo puede ser controlado de manera consciente, pero el interno responde, de manera inconsciente, al temor y la ansiedad, por lo que la estimulación y relajación son necesarias.
'Annilingus'. Es sexo oral en la zona anal. Para algunas personas esto puede resultar un poco incómodo o hasta desagradable, es por ello que la pareja debe hablarlo antes y sentir ganas y disposición de intentarlo; para ello se recomienda el uso de un protector en la lengua.
Higiene. El ano debe estar limpio y también conviene que lo esté el recto, así no habrá quejas de ningún lado.
Posturas. Existen varias para el sexo anal, desde la posición 'del perrito', hasta por delante, con ella sentada sobre él, o en la tradicional posición 'del misionero'. Es cuestión de imaginación.
Penetración. Puede darse no sólo con el pene sino con el dedo o con algún juguete sexual. Los movimientos no deben ser profundos, sino lentos y circulares, para que haya una mejor respuesta.
Estimulación al clítoris. Mientras se practica el sexo anal ellas deben masturbarse para lograr el orgasmo. También puede hacerlo él, pero le resultará difícil coordinar sus movimientos con los de sus dedos sobre el clítoris, lo que no garantiza mucho el orgasmo femenino.
Control. Hay que controlar los músculos de la pelvis, ya que por medio de las contracciones se estimula de manera más intensa la zona. Pero no se debe olvidar que las caricias y los estímulos en el resto del cuerpo, también son importantes.
Intensidad. El hecho de que el pene interfiera las contracciones del esfínter del ano durante el orgasmo puede ocasionar que estas resulten más intensas de lo habitual y sean vividas muy placenteras.
El final. Al terminar el coito anal, la extracción del pene debe realizarse con la misma suavidad que la penetración.
