Casi siempre nos enfocamos en compartir consejos para cuidar el rostro o bajar esos kilitos que se acumulan de más, pero creo que hemos descuidado una parte del cuerpo que es necesaria para poder caminar bien, tener una buena postura, evitar dolores con el paso del tiempo e incluso para aparentar menos kilos: ¡la espalda!
Tan sencillo como esto. La próxima vez que vayas al gimnasio, que te pongan una rutina donde ejercites la espalda. Vas a ver que al momento de utilizar los aparatos sentirás el estirón en la espalda, pero notarás que también tu abdomen y brazos hacen mucho esfuerzo. Sigue así. Después de unos días, te darás cuenta que tus hombros comienzan a ponerse mucho más fuertes y tus senos mantendrán su lugar y prolongarás el proceso de flacidez.
Como te comentaba, otra de las ventajas de ejercitar la espalda es que tu postura mejorará sustancialmente y, por ende, caminarás derechita y no encorvada. ¿Te has dado cuenta que cuando caminamos encorvados la lonja como que se hace más pronunciada? Hasta parece un salvavidas a mitad del cuerpo. Si caminas bien hasta parecerá que te quitaste unos kilos de encima.
Ya que andamos en esto de cuidar la espalda, te voy a dar unos tips para combatir la las impurezas y la palidez de esa zona del cuerpo. Mientras te estás bañando, pasa un cepillo o guante de crin por tu espalda. Servirá de exfoliante. Si quieres broncearte de forma artificial para poder lucir un vestido abierto por atrás, mi sugerencia es que utilices un bronceador rociador para que tengas un mayor rango.
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