Mantener los interiores a una temperatura deseada requiere de grandes cantidades de energía. Irónicamente, entre más enfriamos nuestros hogares, más se calienta el planeta. En Estados Unidos, el 16% del uso de energía se destina al clima artificial. El aire acondicionado a nivel mundial consume cerca de un billón de Kilowatts por hora (según cálculos del investigador Stan Cox del Instituto Land).
¿En vez de regular la temperatura de los espacios interiores, por qué no controlar la temperatura individual? Con esto en mente, estudiantes del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) desarrollaron Wristify, un brazalete termoeléctrico que regula la temperatura corporal al alternar pulsaciones fías o calientes sobre la piel.
La tecnología funciona en gran parte a la percepción. Al sentir una temperatura constante durante algún tiempo, el cuerpo se aclimata y deja de notar la diferencia, como cuando nadas en agua fría. Para evitar que el cuerpo se acostumbre a la temperatura deseada, Wristify calienta o enfría una sección de piel a 1ºC por segundo, durante 5 segundos. Después descansa durante 10 segundos y repite el proceso.
Wristify recientemente ganó 10 mil dólares tras obtener el primer lugar en el Concurso de Ingeniería de Realización y Diseño de Materiales de MIT. Los creadores utilizaran el dinero para continuar desarrollando el prototipo y volverlo más estético y confortable. De salir a la venta, contribuiría a resolver la crisis energética y la pregunta problemática a la cual nos enfrentamos a diario: ¿Quién debería regular el termostato?