Según un estudio realizado por el australiano Adrian Barnett, de la Universidad de Queensland, el mes del año en que nacemos puede afectar a nuestra futura forma física
y a nuestra relación con el deporte. Analizando pormenorizadamente las
fechas de nacimiento de los jugadores profesionales de la Liga
Australiana de Fútbol, Barnett llegó a la conclusión de que los nacidos en enero tienen una probabilidad un 33% mayor de jugar profesionalmente al "deporte rey".
En el extremo opuesto se encuentran los nacidos en diciembre, que
tienen un 25% menos de probabilidades de dedicarse profesionalmente a
este deporte que la media. Los autores lo atribuyen a que los niños más
altos y más desarrollados físicamente en una clase son los que nacen a
principios del curso escolar, que en Australia coincide con el mes de
enero.
Otros estudios internacionales encuentran coincidencias
similares entre nacer en fechas próximas al comienzo del curso y la
probabilidad de dedicarse profesionalmente a otros deportes como el
hockey sobre hielo, el voleibol y el baloncesto.