1. Cambiar de estado de ánimo drástica y continuamente
El tema de la conducta tiene un significado muy profundo en la relación. Con ello me refiero a los cambios intempestivos que algunas mujeres manifiestan en su talante y que, siempre que suceden, producen una sensación de incompetencia en el hombre. Cuando las mujeres lo hacen, a veces dan la impresión de que no tienen opinión personal; de que se dejan influenciar muy fácilmente o de que son caprichosas, y que por ello cambian de humor a cada momento. Este tipo de comportamiento produce una gran confusión en la relación debido a que el hombre muchas veces simplemente no la entiende, porque no puede ver la casua de esos cambios. Por ello, después de dedicar mucho tiempo y esfuerzo en tratar de complacerla se desalienta y, a menudo, se da por vencido.
2. Quejas interminables
Una mujer que vive criticando las cualidades, actitudes, o finanzas de su pareja, día a día debilita su relación y causa gran malestar en su esposo. El mensaje que recibe el hombre es que su esposa cree él que no hace nada bien y, por más que lo intente, ella siempre quedará insatisfecha. Este tipo de comportamiento es muy peligroso para la salud de la relación, porque nadie puede vivir mucho tiempo restringido, sintiéndose devaluado o inútil. Lo peor es que este tipo de comportamiento a menudo se convierten en un hábito y la mujer no se da cuenta de que incluso vive haciendo acusaciones sin nunca dar énfasis en las actitudes positivas de su marido.
3. Mostrar gran inseguridad
Cuando la mujer vive desconfiando de todo, vigila con celo los pasos de su marido, se entromete en todo y todavía se hace la víctima, el debilitamiento de la relación es inminente. No hay hombre que pueda soportar escenas celos continua e interminablemente. Es muy desgastante recibir manifestaciones diarias de inseguridad y baja autoestima. Cuando un hombre se ve sometido a crisis sin fin y sin razón, al menos desde su punto de vista, empieza a perder cualquier interés en su pareja.
4. Querer ejercer un control total
Las mujeres mandonas están en la parte más alta de la lista de quejas masculinas. Nos referimos a esas mujeres que se preocupan demasiado, que siempre tienen o quieren una solución para todo y, sobre todo, que ellas quieran imponer su voluntad sobre cualquier tema, actividad pensamiento o actitud de su esposo. Su voluntad siempre debe estar por encima de la de su esposo y, por supuesto, necesita saber y controlar cada paso de él. Alguien puede pensar que son celosas, pero en realidad son extremadamente controladoras, posesivas y negativas. Según el psiquiatra Flavio Gikovate: "Aunque no siempre es su intención, quieren ejercen un control total sobre lo que apreciamos. Se convierten en tiranas que tratan de dominar todo, en todos." Cuando una mujer quiere controlar a su esposo, comúnmente lo único que logra es la pérdida total de control en la relación.
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